Departamento 4:: Eloise Claudwell, Leonore J. Harker y Melissa Doyle

Admin Mensajes : 59 Fecha de inscripción : 26/12/2008

Aquí, al fondo de un pasillo se encuentra vuestro departamento.

Con 3 habitaciones y cada una con su baño y con una salita, antes de el pasillo a las habitacioness.

*Entro a la habitación arrastrando las maletas y con una pesada mochila sobre mis hombros*
Vaya...*Acierto a decir cuando veo la salita, me acerco por un pasillo hasta una de las habitaciones dejo mis maletas cerca de la puerta y me dejo caer en la cama, rato después me acerco a la sala y me siento en un sillón con un libro entre las manos, pasado un rato salgo de allí*

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

Llego al fín a lo que parecía ser mi nueva habitación, como la debería de puntuar cual es la palabra que busco a sí. Lamentable, piendo mirándo lo triste que era. Dejo las 14 malestas que había traido para pasar mi estancia aquí, veo hay una chica... Supongo que sería mi asistenta o la que limpiaba la habitación. Veo que hay una cama con mi nombre ¿Pero faltaba algo? Todas las pertenencias de mi antigua habitación la que tenía en Nueva York, mientras notaba como mi preciosa melena descendía por mi pelo. Después de que terminara de deshacer mis maletas que tanto me había costado guardar decido levantarme y comenzar a buscar algo de compañía.
- Bueno ya he terminado con estas cosas... -digo dejando el ultimo par de los 50 que había traido para mis zapatos, después decido salir en busca de alguién.

Llego a lo que me habían indicado que era mi habitación, entro y veo una montaña de maletas allí, sin duda, las mías, las dejo en el mismo lugar en el que estaban disponiéndome a investigar un poco aquel mediocre lugar, sin duda esto necesitaba una reforma.
¿Tres habitaciones? Conocía demasiado bien el nombre de una de mis compañeras, pero ¿Melissa Doyle? Simplemente esperaba que Eloise hubiera elegido bien a nuestra acompañante, nada de ñoñas e insoportables. Después de "familiarizarme" con el lugar comienzo a entrar maletas a mi dormitorio, guardando solo en los armarios mis prendas más preciadas y delicadas, no pensaba mover un solo dedo ni tener que hacer nada por mi cuenta, alguien tendría que venir a acomodar mi ropa en su sitio.
Me pongo un ligero pijama color rosa palo y entro al baño, para hacerme una coleta y estar más cómoda, me calzo unas elegantes pantuflas blancas y finalmente salgo de la habitación para ir a salita. Me siento en el sofá, en el incómodo sofá de ese sitio. Definitivamente echaría mucho de menos mi casa y mis lujos, ¿no podrían haber encontrado un lugar con un poco más de clase?
Suspiro asqueada y me acomodo como puedo en aquel horrible asiento, leyendo el último número de la revista Vogue.

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

Llego de nuevo al dormitorio cansada del camino, definitivamente esto estaba más vacío que la última temporada de Agatha Ruiz de la Prada. Mientras hago mi típico movimiento con las caderas y se retumba por toda la habitación mis tacones. De pronto desvío la mirada del suelo y veo... Dios a quien veo, era Leonore. Me acerco rápidamente a ella moviendo una mano a mi cara a toda velocidad como si imitara a un abanico.
- ¡Leonore! -me abalanzo sobre ella, al menos ya había alguien que diera cache a esta cárcel y quien podía darle más que mi Leonore. Dejo de pensar y me centro en Leonore- Cuanto tiempo, pensé que cuando me metieran mis padres no volvería a salir de aquí, hasta desarrollar mi "poder" -le sonrío emocionada, ya que pensaba que me moriría del asco estando aquí.

Un dulce repiqueteo de tacones inunda la sala, mis ojos dejan las páginas de la revista y miran hacia arriba, para encontrarse con la inconfundible Eloise. ¿Quién además de ella podía hacer semejante música con unos zapatos? Aunque guardaba una pequeña esperanza de que fuese la otra compañera habitación, cada vez estaba más convencida de que sería una chica mediocre que no sabría ni qué color era el azul cerúleo.
Sonrío ampliamente al ver a mi querida amiga y la espachurro cuando ella se me abalanza, arrugando un poco el número de mi Vogue.
- ¡Cielooo!- digo con voz chillona mientras le doy un sonoro beso en la mejilla y dejándole sin querer una marca con el pintalabios rosa que aún no me había quitado.- Ups, límpiate un poco, te he manchado.
La separo de mí, ya había recibido el cariño suficiente y aunque con ella esas muestras no me costaban nada, lo mucho cansaba.
- Al menos moriremos del asco juntas, ¿qué demonios tienen nuestros padres en la cabeza para meternos aquí? ¿Te has sentado en este sofá? Creo que necesitaré un masaje después de haberlo hecho...- resoplo poniendo los ojos en blanco.

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

Recibi su beso, con dulzura notando el ambiente que había en la habitación. Al menos esto iba a empezar a coger un poco más de color y no iba a ser tan sumamente cutre.
Escucho lo del pintalabios y decido levantarme a coger una de mis toallitas desmaquilladoras y quitarme el olor que me había dejado el queridísimo pintalabios de mi amiga, como siempre con sabor a fresa.
- Querida, no pasa nada esto se irá en cero coma -le sonrío, frotándome la mejilla para que se me fuera. Me vuelvo a echar un vistazo para ver como había quedado, se me había corrido un poco el colorete. Escucho lo último que dice y asiento, sentándome en mi cama mientras me cruzo de piernas haciendo un elegante movimiento de pelo.
- Pues no se, pero de esta no se libra... Dios mío, esto es peor que la semana sin compras -le digo, mirando la deprimente habitación- Pues si así esta el sofá no creo que este mucho mejor la cama... -suspiro, mientras notaba lo incomoda que era la cama.

Miro divertida cómo se quita los restos de pintalabios de su mejilla, mientras la sigo con la mirada. Veo que se sienta en su cama y me levanto del sofá, cogiendo mi revista medio arrugada y lanzándole una mirada de reojo a mi amiga, sin que ella se diese cuente.
Ando hacia su dormitorio, con mis delicados pasos, hasta mi llegada aquí había bailado ballet en una prestigiosa academia y a veces de manera inconsciente eso se notaba en mis movimientos. Llego a su dormitorio y arrugo la nariz al notar que la suya era igual de horrible o más que la mía, asqueroso lugar...
- Este lugar es penoso- digo poniendo asco en la palabra y haciendo un gesto con la mano.- E, ¿quién es nuestra otra compañera? Espero que hayas elegido bien y no sea una "cualquiera"...
Me acerco un poco más a la cama y la toco con la mano, sorprendiéndome por lo poco cómoda que era.
- Dios, ¿qué vamos a hacer con esto? Creo que antes de morir del asco, moriré por una terrible enfermedad de espalda, ¿y si me tienen que poner un aparato de esos?- me toco mi espalda preocupada.- Adiós a poder llevar bien un vestido de Valentino.

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

Me quedo probando lo incomoda que era la cama, esto era completamente ridículo ¿quién en su sano juicio dormiría en un sitio tan lamentable? Pienso, poniendo una mano en la frente, cuando de pronto escucho a Leonore ¿cuando ha llegado? Me pregunto completamente sorprendida, ya que no había escuchado ni un susurro.
- Nuestra compañera... Es una chica de otra raza... Un poco "rarita" por llamarla de alguna forma, encima creo que no conoce lo que es la moda ni de más -digo con un tono de decepción ya que no era la única en este colegio, escucho lo de la espalda. Verdaderamente no era para nada confortable...- Pues no se querida, pero yo ya he pasado una noche en este asqueroso internado y no creo que pueda estar mucho más... -le digo, sin olvidar la horrible noche que había pasado hoy.
Me quito los tacones, dejándolos al lado de mi cama esto era un tostón.

Decido sentarme con ella en la terrible cama, pronto tendría que mandar una carta a mis padres para que me mandasen algunos muebles decentes si pretendían que me quedase aquí durante un tiempo. Me cruzo de piernas poniendo mis manos encima de mi rodilla, sentándome ligeramente ladeada para poder ver a mi amiga. Niego con la cabeza decepcionada a la par que cierro los ojos tras oír lo de nuestra compañera.
- Horrible- es lo único que puedo decir después de escuchar aquello, finalmente una pequeña sonrisa maliciosa aparece en mi cara.- Al menos podremos divertirnos en el internado este.
Río entre dientes de manera discreta.
- Pienso comunicarles a mis padres que necesito cosas nuevas para mi nueva habitación. La decoración es terrible, ¿cómo la hija de una de las mejores interioristas puede dormir en semejante cuchitril? Esto tendremos que cambiarlo.

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

Continuo pensando en que hacia en un internado así. Si me había portado mal que me hubieran metido en la cárcel, que alo mejor conocía a Paris Hilton. Pienso para mí misma mientras, miro de reojo a Leonore.
Echaba de menos a alguien con la cual podía contarle las penas que tenía y más las que habían aumentado desde que había entrado a este penosa y asquerosa habitación. Escucho lo de "horrible" sin saber muy bien a que se refiere y me giro para saber más o menos de que se podía referir. Bueno supongo que era a esta cutrada de habitación, porque mis zapatos no serían, escucho lo demás dejándome mucho más tranquila.
Esta ya empezaba a ser mi Leonore, dentro de poco la gente nos tendrá mas respeto y sabrá quienes somos nosotras y que hemos echo para llegar hasta aquí. Digo mostrando una media sonrisa en mis recién retocados labios.
- Aquí hay gente para dar y tomar... He visto a una ¡que dios! -pongo los ojos en blanco recordando a Cassie- No sabes como iba y encima me hablaba... Y yo por poco caigo muerta -digo haciendo gestos con mis manos. Después de continuar con mis gestos escucho lo de la habitación, la verdad que si mi madre pusiera un pié aquí se desmayaría y no sería la única. Porque la habitación es penosa- Tienes razón tendremos que informar a nuestros padres, porque yo no pienso estar así durante mucho tiempo -le digo, echando un vistazo a la habitación con una mueca de asco. Parecía mas feo cada vez que lo veía.

Escucho a mi amiga mientras muevo uno de mis pies suavemente, al escuchar uno de sus comentarios suelto una risita tapándome la boca con una manita, dejando ver unas perfectísimas uñas pintadas con esmalte granate. Mi gesto de asco había sido cambiado por una de aquellas sonrisas maliciosas que tanto me identificaban, al menos esa sería una buena manera de pasar los días en el internado.
- Tenemos que salir a dar uno de nuestros paseos por aquí... ¡La cosa promete!- la miro con media sonrisa, recordando cuando paseábamos por las calles de Manhattan simplemente por el placer de reírnos de las personas mediocres e inferiores a nosotras. Una bombillita se enciende en mi cabeza.- ¿Y los chicos? ¿Valen la pena?
Inconscientemente el rostro de su guapísimo hermano me viene a la cabeza, pero decido no decirle nada a Eloise, el chico no ocupaba mucho más espacio en mi mente que el resto de chicos.

Pusēna, 1° Grado Mensajes : 114 Fecha de inscripción : 04/01/2009

La escucho rememorando viejos tiempos, quien se podía olvidar de aquellos paseos riéndonos de la gente a la cual llamábamos "plebe". Dios mío era increíblemente perfecto, solo se podía definir con esa palabra, me deje absorber por mis pensamientos unos minutos pensando en nuestra querida ciudad, en la cual nos habían ocurrido infinidad de cosas interesantes.
- Sí, debemos de dar un paseo... Que aquí hay cada uno, que da asco verle y es para reírse y no parar -me río, recordando a varias personas de las cuales ni una vestía bien. Escucho la pregunta de los chicos, la verdad que no había conocido a muchos, erán: Mîchaël, Baelor y Alex. La verdad que los tres eran bastante monos, pero se había alguno que mereciera decentemente la pena era Alex- Bueno debed e a ver muchos por aquí -digo llevándome una mano en la boca porque iba a bostezar- Pero yo conozco a tres, los tres bastante monos... Dos de ellos muy raritos, pero si hay uno que merece la pena llamarle ex, ese es Alex. El chico es bastante majo y no es tan horrible como los demás -le digo sonriendo.
Mientras me percato de la hora que era, dios mío era tardísimo. Mañana me iban a salir arrugas y como iba a recibir a la gente y tenía que ir a reírme.
- Espera un momento Leonore, ahora vuelvo... -entro al baño corriendo con el pijama en las manos. Era un pijama bastante simple de un azul paliducho y sin mucha tontería, después de cambiarme me recojo el pelo y salgo a la habitación de nuevo- Querida, hoy nos deberemos de acostar en estas piedras ¡porque mira que hora es! -le digo sorprendida, mientras abro la cama como puedo.
- Bueno yo me voy a dormir, mañana seguimos -digo apagando la lucecita que había dejado encendida y metiéndome en la cama. Mientras miro como sale de mi habitación Leonore, mañana le pondría al día de cada una de las personas, me quedo un rato pensando en como reformaría mi habitación y al cabo de unos minutos me quedo completamente dormida.

Asiento a lo del paseo con una bonita sonrisa, recordando lo bien que lo pasábamos con ellos. Y seguramente que en un sitio tan fatal como aquel internado lo pasaríamos mucho mejor, porque la gente sería bastante ridícula y seguro que adoraban este lugar.
- Muero de ganas de por un paseo contigo, cielo...
Escucho lo que me cuenta sobre los chicos, otra pequeña esperanza para sobrevivir a mis días aquí, eran bastante monos, o eso había dicho Eloise y desde luego que ella siempre había tenido buen gusto.
- Así que Alex...- asiento con una pequeña sonrisa en mi cara.- En nuestro paseo también evaluaré a los chicos de aquí, a lo mejor esos raritos también son interesantes. Con que sean guapos y esas cosas, ¡los tíos no sirven para nada más!- me río entre dientes, claro que para mí un chico no solo tenía que ser guapo o tener clase, también debía tener algo más que serrín en la cabeza.
Cuando la veo entrar al baño con el pijama me levanto grácilmente de su cama, poniéndome bien mi atuendo tras ello, me aprieto un poco más la coleta y espero que salga. La verdad es que se nos había hecho algo tarde, tenía algo de sueño y si mañana queríamos deslumbrar al resto de estudiantes debíamos estar divinas y unas ojeras no ayudarían para nada.
- ¡Buenas noches, E! Duerme todo lo bien que puedas en esta cama de mala muerte.
Salgo de su habitación y ando unos pasos hasta la mía, había olvidado lo horrible que era. Me meto en el baño y me desmaquillo correctamente, me lavo los dientes una vez más y vuelvo a peinar mi sedoso cabello para después hacerme de nuevo la coleta.
Abro la cama, me pongo mi antifaz para dormir y me meto en ella, las sábanas estaban congeladas, aunque tal vez no lo estaban tanto, era una chica friolera y normalmente todo para mí estaba más frío que para el resto. Después de dar miles de vueltas en aquella cama a la que ya no sabía si llamarle así, logro dormirme.

*Llego al cuarto algo cansada veo mi libro justo donde lo dejé la noche anterior me siento en el sofá y comienzo a leer*

El ruido de una puerta me saca de mis sueños, me quito el antifaz y me froto los ojos cuidadosamente. Me siento en la cama incómoda, aún sin destaparme, seguía haciendo el mismo frío que por la noche.
Cuando por fin consigo espabilarme me levanto y voy directamente a mi baño, me doy una rápida ducha y salgo de nuevo a la habitación envuelta en una sedosa toalla, me pongo a rebuscar en mis maletas, decidiendo qué ponerme, finalmente me decanto por un bonito vestido de invierno diseñado por Donatella Versace y unos preciosos tacones de Jimmy Choo. Me seco el pelo y lo peino, dejándolo tal cual como me gusta, con unas ondas recorriendo mi rubia melena. Me miro al espejo unas cuantas veces para cerciorarme de que sí, estoy perfecta, como siempre.
Salgo a la salita y veo a una chica, esta debía ser nuestra otra compañera, la verdad es que Eloise tenía toda la razón con lo me dijo, salgo haciendo ruido con los tacones para que se diera cuenta de que estaba por allí. Me pongo al lado del sofá, mirando por encima del hombro lo que estaba leyendo.
- Ejem...- carraspeo.- Ehm, ¿Melissa Doyle?- le pregunto con suficiencia y me quedo mirándola con mi mano en la cadera.

*Oigo el ruido de unos tacones chasqueo la lengua me giro y veo a una chica que me mira*
Emmm...si , la misma y...tú supongo que debes ser....*Me quedo pensativa al no recordar el nombre de la chica que por cierto se parecía demasiado a Eloise*
¿Leonore?*Pregunto mientras me acomodo más en el sofá*

Sigo observando la chica, analizando cada uno de sus gestos y de sus características, esto iba a ser muy divertido, desde luego.
- Ahá, Leonore Jade Harker- digo y muestro una de aquellas sonrisas falsas.- Mi querida Eloise no se equivocó cuando me habló de tí, diría que encantada de conocerte, pero mentiría. Espero que no seas una mala compañera de habitación.
La veo sentada en ese sofá, ¿cómo podía seguir ahí? Hago una mueca de asco.
- Es cómodo el sofá, ¿verdad?- digo falsamente, obvio que ese mueble me parecía una pesadilla y realmente mi ironía se notaba en mi voz.

Podría decir lo mismo de ti Leonore, pero...creo que yo también mentiría, bueno lo mismo espero *Veo como me observa y luego su vista se desliza hacia el sofá donde estoy sentada haciendo una mueca de asco*
Puede que no estes acostumbrada a este tipo de sofás, ya que lo más problable esque tus comodos asientos fueran de plumas , pero e de decirte que no se está nada mal *Digo desviando la mirada hacia mi libro sin reparar demasiado en su presencia*

Me río entre dientes mirándola con suficiencia.
- Sinceramente, creo que no mentirías, pero bueno no voy a ser yo la que pierda mi tiempo en convencerte...- me encojo de hombros, sin mostrar ningún interés ni molestarme por lo que ella decía, la opinión de una chica como ella nunca pesaba en mi interior.
Otra pequeña risita, ahora mucho más disimulada y apenas audible sale de mí cuando escucho lo referente al sofá.
- Todo tuyo. Ayer me senté en él y no sé cómo puedes aguantar más de tres minutos... Supongo que tendrá que ver con lo que estemos acostumbradas y creo que no estamos acostumbradas a lo mismo.
Apoyo mi espalda con delicadeza en una pared cercana al lugar donde ella estaba sentada sin dejar de mirarla por encima del hombro y esperando que por lo menos alguien en aquel internado fuese más interesante que ella.

A lo mejor te equivocas, pero no me puedo quejar ya que hay personas que no pueden sentarse en uno de estos basicamente por que no tiene ni siquiera un techo...*Murmuro mientras observo como con una sonrisita de suficiencia se apoya en la pared y me mira por encima del hombro como si fuese la reina del lugar*
Creo que vas a tener que encargar un sofá y una cama más adecuado para no dañarte las cervicales, si esque quieres sentarte o descansar claro está..*Digo mientras me levanto del sofá y me dirijo hacia una de mis maletas que estaba en la entrada*

- Sí, sé de la existencia de esas personas, pero no es ni mi culpa ni mi problema- digo encogiéndome de hombros siguiendo en la misma posición que antes.
La estancia aquí iba a ser más divertida de lo que pensaba, era entretenido escuchar las tonterías que Melissa contaba, además su actitud dee indiferencia hacía que aquello fuese aún más y más divertido, solo faltaba mi Eloise.
- No lo dudes, querida... Pienso llamar a mis padres para exigirles algo mejor donde dormir o poder leer, esto es insufrible.
La sigo con la mirada, con la misma altanería que llevaba todo el rato.

*Pongo los ojos en blanco al escuchar tanta tontería y arrogancia por su parte*
Seguro que papi te complacerá *Susurro mientras arrastro mi maleta hacia mi habitación y la dejo en la dejo dentro junto a la cama, salgo otra vez a la sala y abro una ventana me acerco al borde y me apoyo en ella para ver el paisaje*

Sonrío con suficiencia y asiento al escuchar su murmullo, muchos años de escuchar conversaciones ajenas así que pocas cosas escapaban de mis oidos.
- Seguro - digo sin más. Veo cómo arrastra su maleta, ¿solo eso era su equipaje? Niego con la cabeza mientras ella está en su dormitorio y se me escapa una leve risita. Cuando abre la ventana, un escalofrío me recorre al notar el fresco que entraba desde el exterior, me abrazo a mí misma frotándome los brazos para darles algo de calor.- Estás con más gente en esta habitación, al menos podrías mostrar algo de educación y preguntar si me importa que abras esa ventana- suelto una carcajada.- Pero parece que eso es algo que brilla por su ausencia.
Reparo en Eloise y me pregunto si seguiría durmiendo, a lo mejor Melissa la había visto salir o sabía algo de ella.
- ¿Tienes idea de dónde está mi amiga?- le pregunto con mi identificativa bordería.

Eso debrías saberlo tú ¿no?, que para algo es tu amiguita *Empleo el mismo tonito que ella*
Cierto, cerraré la ventana no vaya a ser que la princesita se congele más de lo que ya está..*Arqueo una ceja y suspiro*
Bueno, me voy voy a ver sitios más interesantes, seguro que sea donde sea se está mejor que aquí, adios *Salgo de allí sin volver a reparar en ella*

» Departamento 001:: Casie J. Williams,Erika Kanay y Violet Lov
» Departamento 002:: Charlotte Evans, Verónica Grey y Volaverunt Dark.